El Juego Limpio o Fairplay
en inglés, es una expresión muy utilizada para denominar el comportamiento leal
y sincero además de correcto en el deporte, en especial fraterno hacia el
contrincante, respetuoso ante el árbitro y correcto con los asistentes. La
preocupación por el juego limpio ha ido en aumento en todo el mundo, ante la
reiteración de conductas deportivas cuestionables, no sólo por parte de los
jugadores, sino también por parte de dirigentes, padres y familiares,
árbitros, entrenadores y público.
El juego limpio tiene como
meta una especial importancia para los niños y adolescentes en una época en la
que la profesionalización comienza a incidir sobre los deportistas a edades
cada vez más tempranas.
El juego limpio tiene como
objetivo recuperar el sentimiento de 'jugar', como una actividad naturalmente
satisfactoria, agradable, honesta y divertida. Un aspecto esencial está
relacionado con la significación que para la sociedad tienen las nociones de
ganar y competir: la descalificación del acto de no ganar.
El juego limpio no es
solamente ganar, sino aceptar perder. También le llamamos juego limpio, al
jugar sin hacer ningún tipo de trampa y respetando al compañero sin groserías
ni cosas similares. En los niños y adolescentes en esa edad les importa mucho
ganar y no el bien estar y el buen juego. En esto es importante que para no
generar discusiones ni peleas se respete al adversario y se sepa ser un buen
perdedor. En caso de ganar no restregárselo a la cara de los perdedores.
Los entrenadores deben,
principalmente, respetar la persona del deportista, absteniéndose de realizar
actos denigratorios, cuidando su salud aunque ello pueda disminuir el
rendimiento deportivo, promoviendo el respeto por los oponentes y manteniendo
él mismo una actitud cordial con los otros entrenadores.
Juego
limpio para deportistas
Las sugerencias sobre juego
limpio para los deportistas está principalmente dirigidas al disfrute del
hecho de jugar, a no realizar intencionalmente simulaciones o acciones no
permitidas por las reglas sin necesidad de control externo, a no discutir nunca
las decisiones del árbitro y sobre todo al buen trato con los oponentes y
compañeros por igual, incluyendo el reconocimiento expreso de las buenas
acciones que ellos realizan, aceptando las derrotas con dignidad y las
victorias con sencillez y moderación.
18
Reglas del juego limpio
1. Nunca protestes al
árbitro.
2. Respetar al contrario.
3. Saludar deportivamente, tanto
si se gana como si se pierde.
4. Respetar las
instalaciones deportivas.
5. No protestar en los
cambios. Es un menosprecio al compañero que te sustituye.
6. No discutir durante el
transcurso del partido con los compañeros.
7. Animar al compañero que falla.
Fallar es humano.
8. No responder nunca a las
provocaciones del contrario.
9. Respetar las decisiones
del entrenador.
10. En caso de lesión de un
contrario, pérdida de la bota, o cualquier otra circunstancia extradeportiva,
no aprovecharla para marcar gol.
11. No pedir jamás al
árbitro que saque tarjeta a un contrario.
12. Evitar chocar con el
portero. Es preferible no conseguir gol que lesionar a un deportista.
13. No realizar entradas por
detrás. Son muy peligrosas. Un gol se puede remontar. Una lesión no.
14. En caso de recibir una
entrada dura, aceptar las disculpas del rival, si se producen.
15. No perder tiempo a
propósito para conseguir ganar un partido.
16. El deporte es un juego
para divertirse y mejorar físicamente. Por tanto, no hay que obsesionarse con
la victoria.
17. Si el rival es muy
inferior, no lo desprecies ni te ensañes con él.
18. Los partidos se juegan y
se ganan o se pierden en el terreno de juego. No hagas reclamaciones
posteriores como que si el árbitro nos ha perjudicado, etc.
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